Hoy luego de muchos años regreso a escribir esta columna que me permite expresar mi punto de vista de muchos temas de la vida diaria.

En este espacio les platicaré de anécdotas, temas de actualidad como seguridad, educación, problemas sociales y muchos más.

Y es que lo fui dejando para después, pero se quedan en el tintero muchas cosas que me gustaría compartir.

En esta ocasión les platicaré sobre la educación que se imparte en las escuelas; recuerdo con mucho aprecio, aunque no lo parezca; a los maestros que me dieron mis primeras clases, y digo que aunque no lo parezca porque eran maestros de la vieja escuela, aquellos que no faltaban un solo día.

Esos maestros que si te regañaban o te daban un reglazo , ufff, ni se te ocurriera comentarlo en casa porque te iba peor al otro día con el maestro, o con mamá o papá que te decían que por algo había sido y que el maestro o maestra contaba con toda su autorización.

Hoy las cosas han cambiado, no se si para bien o para mal, pero ahora el proceso de enseñanza-educación, desde mi particular punto de vista va en retroceso.

No dejemos atrás que para las personas de mi edad, que no es mucha , era un orgullo poder participar en la escolta, en la banda de guerra, marchar en los desfiles, hoy por hoy no tiene ningún significado para los niños y jóvenes.

Recuerdo también cuando jugábamos durante el recreo o a la salida de la escuela con una pelota o hasta con piedras o un pedazo de madera, ahora solo los dispositivos móviles son los que prevalecen, haciendo a los jóvenes y niños cada vez más encerrados en ellos mismos, al grado de necesitar la calculadora para saber cuánto es 6+2.

Nos enseñaron sobre Cuauhtémoc, Colón, Hidalgo, la Independencia, la Revolución y hoy los niños y jóvenes no tienen ni idea de quienes fueron, hoy solo saben desde cualquier edad de Shakira o Piqué por ejemplo.

Sin duda, es necesario recuperar la educación tanto en la escuela como en casa, principalmente los valores.

Lo que antes era visto como un acto de salubridad, revisar el cabello corto, las uñas limpias, los zapatos limpios hoy lo ven como un acto de discriminación y no de disciplina.

Nos quejamos de una nueva generación de cristal, pero, ¿de quién es la responsabilidad? , nosotros como padres queremos darles a los hijos todo lo que en su oportunidad no tuvimos, tenemos mucho en qué trabajar y entender que no todo es responsabilidad de los maestros.

Cuando el río suena…
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