Déjame escuchar lo que le dices a los demás y te diré que te dices a ti mismo
No se trata de lo que dices en voz alta. Se trata de lo que te dices internamente.
Tratamos a los demás como nos tratamos a nosotros mismos. Lo que me digo a mí mismo es lo que me permito decir a los demás. Si me digo que soy un desastre, poco me costará decir lo mismo a alguien de mi entorno. Si me digo que no lo conseguiré, poco me costará decírselo a otro.
Escuchar nuestro diálogo interno es fundamental para descubrir cómo nos tratamos, y para tomar consciencia de cómo probablemente tratamos a los demás…
Toma consciencia de tu diálogo interno: cuando algo sale mal. Te puedes decir “soy un desastre”, o te puedes decir “la próxima vez me saldrá mejor”. Como te puedes decir “nunca lo conseguiré”, o decirte “a la próxima estoy dentro”. Y esto es lo que marca la diferencia.
Si quieres tomar consciencia de tu diálogo interno escúchate en tres momentos fundamentales:
- Cuando algo te sale mal
- Cuando algo te sale bien
- Al empezar el día
— Estos son tres momentos que te harán ser muy consciente de lo que te dices a ti mismo. De esta manera podrás aprender a escucharte siempre, en todo momento.
Y desde luego ayudan también las afirmaciones positivas. Puedes decirte a ti mismo frases como:
- Yo puedo, soy capaz, soy inteligente, muchas personas me quieren, me gusta como soy (o estoy haciendo cosas para mejorar los aspectos que no me gustan).
- Puedo manejar las situaciones, me va a ir bien, puedo hacer lo que me propongo.
Si te planteas pequeñas metas cada día y te esfuerzas por hacer cosas para vivir mejor verás cómo te vas sintiendo bien y las cosas van saliendo como quieres.
Fuente: página cuerpo-mente